EL CONVENTO Y LA IGLESIA DE LAS CLARAS - AUDIOGUÍA
TRANSCRIPCIÓN DE LA AUDIOGUÍA
En el siglo XIV las monjas Clarisas se instalan en la ciudad de Palencia. La construcción de su convento fue financiada por el almirante don Alfonso Enríquez, Almirante de Castilla.
El convento se convirtió pronto en lugar de enterramiento de la más alta nobleza, por lo que cuenta con numerosas obras y objetos artísticos de especial interés.
El convento comprende un patio de estilo mudéjar con techumbre de madera, una estancia con bóveda de yesería gótica, y una iglesia.
La iglesia presenta una sencilla portada gótica: dos pilastras flanquean la entrada, que está constituida por un arco conopial. El arco presenta adornos vegetales. En la parte más alta de la portada se abre un gran rosetón. La fachada se remata con una galería desde donde las monjas veían pasar las procesiones callejeras.
En cuanto al interior, la planta tiene forma de cruz con los brazos iguales. La iglesia consta de tres naves y tres tramos. Los arcos son apuntados. Las capillas de la cabecera se amueblan en la actualidad con sendas retablos de gusto barroco.
En la pequeña capilla situada a los pies de la nave del Evangelio se custodia la famosa imagen yacente del santo Cristo de las Claras, que inspira una de las leyendas más conocidas de la ciudad. La leyenda cuenta que la imagen fue encontrada por don Alfonso Enríquez tras obtener éste una sorprendente victoria, dados los escasos navíos con los que contaba, contra el rey de Túnez. Tras la batalla, los hombres de don Alfonso Enríquez divisaron en la noche un bulto que flotaba en el agua. Al acercarse a él, se encontraron con esta imagen que el Almirante recogió con la intención de trasladarla a Palenzuela, un pequeño pueblo a 40 kilómetros de Palencia. Pero, delante del convento de Las Claras, el burro que transportaba la imagen se negó a seguir. Este hecho fue interpretado como una señal divina y la imagen fue entregada a las monjas.
Lo cierto, es que esta imagen fue realizada a finales del siglo XIV, posiblemente en Alemania, y fue donada al convento por el Almirante hacia 1410. La estatua fue creada con el propósito de escenificar el descendimiento de la cruz, por lo que la imagen representa al Cristo muerto. La escultura cuenta con articulaciones que permiten descolgarla de la cruz. La madera en la que está realizada la estatua se cubre con cuero en las articulaciones, llevando pelo natural, ojos y uñas postizos, lo que hizo que se extendiera la leyenda del que la imagen era en realidad una momia.
A este Cristo se le han atribuido muchos milagros.
El convento se convirtió pronto en lugar de enterramiento de la más alta nobleza, por lo que cuenta con numerosas obras y objetos artísticos de especial interés.
El convento comprende un patio de estilo mudéjar con techumbre de madera, una estancia con bóveda de yesería gótica, y una iglesia.
La iglesia presenta una sencilla portada gótica: dos pilastras flanquean la entrada, que está constituida por un arco conopial. El arco presenta adornos vegetales. En la parte más alta de la portada se abre un gran rosetón. La fachada se remata con una galería desde donde las monjas veían pasar las procesiones callejeras.
En cuanto al interior, la planta tiene forma de cruz con los brazos iguales. La iglesia consta de tres naves y tres tramos. Los arcos son apuntados. Las capillas de la cabecera se amueblan en la actualidad con sendas retablos de gusto barroco.
En la pequeña capilla situada a los pies de la nave del Evangelio se custodia la famosa imagen yacente del santo Cristo de las Claras, que inspira una de las leyendas más conocidas de la ciudad. La leyenda cuenta que la imagen fue encontrada por don Alfonso Enríquez tras obtener éste una sorprendente victoria, dados los escasos navíos con los que contaba, contra el rey de Túnez. Tras la batalla, los hombres de don Alfonso Enríquez divisaron en la noche un bulto que flotaba en el agua. Al acercarse a él, se encontraron con esta imagen que el Almirante recogió con la intención de trasladarla a Palenzuela, un pequeño pueblo a 40 kilómetros de Palencia. Pero, delante del convento de Las Claras, el burro que transportaba la imagen se negó a seguir. Este hecho fue interpretado como una señal divina y la imagen fue entregada a las monjas.
Lo cierto, es que esta imagen fue realizada a finales del siglo XIV, posiblemente en Alemania, y fue donada al convento por el Almirante hacia 1410. La estatua fue creada con el propósito de escenificar el descendimiento de la cruz, por lo que la imagen representa al Cristo muerto. La escultura cuenta con articulaciones que permiten descolgarla de la cruz. La madera en la que está realizada la estatua se cubre con cuero en las articulaciones, llevando pelo natural, ojos y uñas postizos, lo que hizo que se extendiera la leyenda del que la imagen era en realidad una momia.
A este Cristo se le han atribuido muchos milagros.
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