LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO - AUDIOGUÍA
TRANSCRIPCIÓN DE LA AUDIOGUÍA
En el siglo XIII se fundó en Palencia la iglesia de San Francisco, declarada monumento histórico y artístico en 1962. Esta iglesia y su monasterio, actualmente desparecido, han sido muy importantes a lo largo de la historia de la ciudad, ya que fueron cobijo de monarcas, señores y guerreros, además de ser el centro depositado de la cultura. Personajes como la reina Isabel o Fernando IV residieron en sus dependencias. En San Francisco también se celebraron las Cortes Generales del reino durante el siglo XIV. Debido a esta importancia y prestigio ganados, la iglesia pronto se convirtió en lugar de sepultura de las principales familias de la ciudad.
El monasterio llegó a ser un amplio y complejo conjunto constructivo del que hoy quedan poco más que la iglesia, restos del primitivo claustro gótico y un claustro interior. En el exterior, y a modo de pórtico, queda uno de los laterales del claustro gótico. Este resto del antiguo claustro está constituido por cinco tramos con bóvedas de ojiva. Los arcos de acceso alternan con tramos de columnas que descansan en arcos apuntados. La fachada consta de una ojiva central que cobija un gran rosetón y tres óculos destinados a iluminar la nave. La fachada está rematada por una espadaña que acoge las campanas.
En el interior de la iglesia hay una primitiva estructura de nave única, dividida en siete tramos, con capilla entre contrafuertes, característica de las iglesias de la orden franciscana. La estructura original de la nave está muy alterada por las reformas.
El retablo mayor, del siglo XVIII, es de estilo barroco. Tiene un coro con un magnifico artesonado.
En el lado sur de la iglesia se conserva el claustro, que data del siglo XVII. Consta de 2 galerías, una alta y otra baja, sostenidas por columnas de piedra. Por este claustro se puede acceder a una pequeña capilla cuyos muros, suelo y bóvedas están revestidos de calaveras. Se supone que dichas calaveras pertenecieron a sucesivas generaciones de monjes.
El monasterio llegó a ser un amplio y complejo conjunto constructivo del que hoy quedan poco más que la iglesia, restos del primitivo claustro gótico y un claustro interior. En el exterior, y a modo de pórtico, queda uno de los laterales del claustro gótico. Este resto del antiguo claustro está constituido por cinco tramos con bóvedas de ojiva. Los arcos de acceso alternan con tramos de columnas que descansan en arcos apuntados. La fachada consta de una ojiva central que cobija un gran rosetón y tres óculos destinados a iluminar la nave. La fachada está rematada por una espadaña que acoge las campanas.
En el interior de la iglesia hay una primitiva estructura de nave única, dividida en siete tramos, con capilla entre contrafuertes, característica de las iglesias de la orden franciscana. La estructura original de la nave está muy alterada por las reformas.
El retablo mayor, del siglo XVIII, es de estilo barroco. Tiene un coro con un magnifico artesonado.
En el lado sur de la iglesia se conserva el claustro, que data del siglo XVII. Consta de 2 galerías, una alta y otra baja, sostenidas por columnas de piedra. Por este claustro se puede acceder a una pequeña capilla cuyos muros, suelo y bóvedas están revestidos de calaveras. Se supone que dichas calaveras pertenecieron a sucesivas generaciones de monjes.
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